Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.
1 Pedro 13:15
Pedro nos llama a ceñirnos los lomos de nuestro entendimiento, es decir, a usar nuestro juicio correctamente, poniendo nuestra esperanza en lo que Dios nos va a dar cuando Jesucristo regrese ¡porque lo hará!
Debemos vivir como hijos obedientes a Dios, no conforme a los deseos que teníamos antes y que nos llevaron a la condición de pecado y esclavitud.
¿Estamos viviendo una vida de obediencia y santidad, viviendo apartados para Dios y haciendo a un lado la corrupción que quiere robar, matar y destruirnos?
Si llamamos a Dios, Padre, debemos actuar como hijos amados, con gratitud, reverencia y obediencia, cuidando nuestra salvación con temor y temblor.
Dios nos ha dado una vida nueva, hemos vuelto a nacer, y esta vez no de padres humanos y mortales, sino de la palabra de Dios, que es viva y permanente. Eso debe motivarnos a amar sinceramente a nuestros hermanos, porque llevar una vida santa incluye a la familia de Dios.
Debemos ser conscientes de que fuimos rescatados por la sangre de Jesús y ya no debemos vivir como antes para poder alcanzar las promesas. No debemos ser solamente oidores, sino también hacedores de la Palabra, que viven una vida nueva, conforme a las nuevas misericordias que Dios nos extiende cada mañana.
Camina hacia el cumplimiento de las promesas, no te quedes en el desierto dando vueltas ni mueras en él, quita la queja de tu boca y camina hacia la tierra prometida con expectativa y obediencia, con gratitud y humildad, reteniendo lo bueno y desechando lo malo, extendiéndote a lo nuevo, dejando todo, sin mirar atrás.
Serie: Conquista tu promesa.
Revisa el plan completo en: https://instruccionespersonales.com/conquista-tu-promesa/
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