Por siete días harás expiación por el altar, y lo santificarás, y será un altar santísimo: cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.
Éxodo 29:37
Note el abrumador énfasis de este versículo en la santidad de Dios. Los sacerdotes, la ropa, el Tabernáculo y los sacrificios debían estar limpios y consagrados, preparados para encontrarse con Dios.
En contraste, hoy tendemos a dar por sentado a Dios, apresurándonos a adorarlo y tratándolo con una indiferencia casi casual. Pero adoramos al Todopoderoso Creador y Sustentador del universo. Recuerde esta profunda verdad cuando ore o adore, y acérquese a él con reverencia y arrepentimiento.
Dios es santo.
Leamos la Biblia: Éxodo.
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