Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número de la gente. Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey?
2 Samuel 24:1-3
¿Qué tenía de malo hacer un censo? En el libro de Números se ordenó un censo para preparar un ejército para conquistar la Tierra Prometida (Números 1:2; 26:2).
Un censo equivalía a un reclutamiento, o reclutamiento, para el ejército. La tierra ahora estaba en paz, por lo que no había necesidad de alistar tropas, Israel había extendido sus fronteras y se había convertido en un poder reconocido.
David pecó al poner su fe en el tamaño de su ejército en lugar de en la capacidad de Dios para proteger a su pueblo sin importar su número. Incluso Joab sabía que hacer un censo estaba mal, pero David no siguió su consejo.
Pecamos de manera similar cuando ponemos nuestra seguridad en el dinero, las posesiones o el poderío de nuestra nación, en lugar de Dios.
Leamos la Biblia: 2 Samuel.
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