Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación.
Efesios 4:3-4
El apóstol Pablo ruega a la iglesia: actúen como es digno del llamado que Dios les hizo. Muchas veces se rompe la unidad en la iglesia porque creemos que hay personas que no son dignas y esto es cierto: ninguno de nosotros somos dignos, solo Cristo.
Cristo es digno de que seamos humildes y mansos, de que nos soportemos con paciencia unos a otros, de esforzarnos en dar más, en perdonar más, en servir más, en enseñar más, en convivir más, en unirnos más. Él es digno de más.
Si seguimos avanzando en este capítulo de Efesios, encontraremos que cuando todos tengamos la misma unidad de fe y conocimiento llegaremos a la plenitud de Cristo, por eso necesitamos crecer en amor, ayudándonos mutuamente según cada actividad y capacidad.
Sólo hay una iglesia, sólo hay un Espíritu, y Dios los llamó a una sola esperanza de salvación. Todos juntos somos UNO en Cristo.
ORACIÓN: Señor, sólo tú eres digno, y por ello quiero permanecer unido y unánime contigo a través de la iglesia. Esa iglesia que tú compraste con tu vida y por quien derramaste toda tu sangre. Por amor a ti y a tu iglesia, para que todos podamos estar juntos y de acuerdo, yo quiero ser manso y humilde, paciente y amoroso con la familia de la fe y con los que se añadirán para ser salvos. Amén.
Hoy terminamos la serie “Perseverar”, y te invitamos a que sigas probándote a ti mismo cada día, que permanezcas en la enseñanza, que no dejes de tener comunión unos con otros, que sigas partiendo y compartiendo el pan con los demás, que no te canses de orar y que estés siempre unido al cuerpo de Cristo con esperanza en la salvación.
¡Dios te bendiga!
Serie: Perseverando. Revisa el plan completo en https://instruccionespersonales.com/perseveraban/
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