Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová.
1 Reyes 11:9-10
Salomón no se apartó de Dios de una sola vez. Su frialdad espiritual comenzó con una desviación aparentemente menor de las leyes de Dios (3:1). Al pasar los años, ese “pequeño” pecado creció hasta que resultó en la caída de Salomón.
Un pecado “aparentemente” pequeño -del tipo que a menudo disculpamos-, puede ser el primer paso para alejarnos de Dios.
Nunca debemos permitir que ningún pecado (porque no hay tamaños) quede sin ser confrontado, expuesto delante de Dios y erradicado.
En tu vida, ¿hay un pecado silencioso que se está extendiendo como un cáncer mortal? No lo ignores. Confiesa este pecado a Dios y pídele fuerza para resistir la tentación.
Leamos la Biblia: 1 Reyes
Comentarios recientes