fbpx
Echa las redes

Y entró el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar? Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios. ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo. Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas. Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

1 Crónicas 17:16-20

Cuando Dios le dijo a David que a Salomón se le daría el honor de construir el Templo, David respondió con profunda humildad, no con resentimiento. 

Este rey que había conquistado a sus enemigos y era amado por su pueblo dijo: «¿Quién soy yo… para que me hayas traído hasta aquí?» David reconoció que Dios era el verdadero rey. 

Cuando Dios elija a alguien más para implementar tus ideas, ¿responderás con tanta humildad? Como David, debemos humillarnos y dar gloria a Dios, diciendo: “Oh Señor, no hay nadie como tú”

Leamos la Biblia: 1 Crónicas


Echa las redes
error: Contentenido protegido !!