Humildad

Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.

Prov. 31:31

Cosechar justicia.

La mujer virtuosa obtiene la recompensa de su inversión: ha buscado al Señor con todo su corazón, ha hecho las cosas como para el Señor, ha sido esforzada, obediente, ha usado sus capacidades con excelencia, ha confiado en el propósito de Dios, ha sembrado en el corazón de su familia semilla incorruptible, se ha entregado totalmente a Él, ha sido fiel al poder que el Señor le confió y no ha olvidado que todo ello lo ha recibido sólo por la gracia de Dios.

Ha llegado el momento de la cosecha y ha entregado gratuitamente, lo que gratuitamente recibió: la Mujer Virtuosa recibe justicia de Dios.

Como Señor le añade talentos, la recompensa como Rey, la reconforta como Padre, le levanta casa de oración para tener comunión con su Santo Espíritu porque Él es Dios, y por si esto fuera poco, le permite ser exaltada como mujer virtuosa en las puertas, un lugar donde sólo los varones instruidos resolvían los asuntos legales con sabiduría: ¡Dios está ordenando un reconocimiento público, por boca de los sabios, para ejemplo del pueblo!

Sus acciones son una declaración representativa de su identidad y fe en Dios. Esta mujer recibe las alabanzas que ampliamente merece, porque Dios lo permite.

Ella es exaltada porque ha sido humilde. Ella es el ejemplo de amor y devoción al Señor que Él necesita que tenga la esposa para su Hijo.

Tú puedes ser esa mujer si eres fiel.

Nos vemos en las bodas del Cordero.