Gracia

Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.

Prov. 31:22

Dedicación y majestuosidad para vestirse según su propósito en Dios.

Dios es el gran diseñador, Él nos enseña cómo vestirnos: a Adán y Eva Él mismo les confeccionó sus ropas, también nos indica cómo deben hacerlo los hombres para diferenciarse de las mujeres, los sacerdotes, los reyes y su pueblo para distinguir la posición que tenemos en Dios.

Hacerse tapices habla de habilidad recibida por Dios y dedicación para diseñar (creatividad) y confeccionar (capacidad) telas. Lograr teñir de color rojo azulado o púrpura requería mucho esfuerzo y dichas prendas estaban reservadas para las autoridades y la realeza.

Con la ropa cubrimos nuestro pecado, primero el del conocimiento y después el de desnudez. Adán y Eva se habían vestido con hojas para cubrirse y el Señor mismo usó pieles para confeccionarles el vestido adecuado, aquel que fuera agradable para Él. Dichas pieles fueron tomadas del sacrificio de animales y su sangre derramada para cubrir sus pecados, igual que en el antiguo testamento era necesario el derramamiento de sangre para ser redimidos.

Esta mujer sabe que no es esclava porque Jesucristo ha derramado su sangre para perdón de sus pecados: es hija adoptiva, por tanto tiene herencia y poder, lo que la convierte en parte de la realeza y se viste de acuerdo a su posición, la que Dios le ha conferido.

Revístete del Espíritu.