Dios instruyó a los hebreos para que proveyeran a los necesitados. Él ordenó a los agricultores que dejaran los bordes de sus campos sin cosechar, proporcionando alimentos para los viajeros y los pobres.
Es fácil ignorar a los pobres u olvidarse de los que tienen menos que nosotros, pero Dios desea la generosidad. Deja los «bordes de tus campos» disponibles para los necesitados.
Ser generoso no es una opción, es un mandato.
Leamos la Biblia: Levítico.
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