Los anaceos eran gigantes comparados con la estatura del humano promedio. A veces así se ven los obstáculos que hay en lo que Dios nos ha llamado a hacer y a conquistar, pero lo más difícil de conquistar es lo más glorioso que vas a tener.
¿Estás dispuesto a decirle a Dios ¡dame ese monte!? Caleb ya no tenía 40 años como cuando fue a espiar la tierra y evaluarla la primera vez, sus fuerzas no eran las mismas pero aunque su carne era débil su espíritu estaba dispuesto.
Caleb no veía el tamaño de los gigantes, Caleb veía el tamaño del Dios que le había dado una palabra 40 años atrás y que le había permitido llegar hasta este momento con la expectativa del cumplimiento del tiempo, porque todo se estaba cumpliendo alrededor.
Una palabra de Dios es suficiente para conquistar, porque no es con ejército ni con fuerza, es con Su Santo Espíritu. Usted y yo podemos envalentonarnos pero solo la fe en Dios nos dará la Roca que es Cristo para hacer caer el gigante y que podamos cortar su cabeza.
Es necesario que sin lugar a dudas, derrotemos los gigantes de nuestra vida, para que luego éstos no persigan a nuestros hijos. No deje que ningún gigante se le vaya vivo, ni siquiera medio muerto, asegúrese de destruirlos a todos para que pueda enseñar a sus hijos a destruir los suyos antes de que se conviertan en gigantes en su vida. No deje que sus hijos peleen las batallas que usted debe afrontar.
¿Qué gigantes asechan su vida y sus promesas? ¿Hay alguna iniquidad, un pecado recurrente que debe exterminar de su forma de vivir? ¿Qué conductas necesitan ser decapitadas de una vez por todas con la espada del Espíritu?
Despeje el camino para que su familia viva tranquila y no sea atormentada por el alcoholismo, la mentira, brujerías, adicciones, depresión, infidelidad, corrupción, ansiedad, la ira y gritonería, ni ninguna obra de la carne (Gálatas 5:16-23) que ha crecido como gigante; échelos fuera ahora que Dios le ha recordado que estará con usted.
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías 4:6
Oración: Señor, echaré fuera los gigantes y destruido todas sus fortalezas para ver tu gloria y tu paz sobre mi descendencia. Amén.
Serie: Tiempo de la Conquista. Revisa el plan completo en: https://instruccionespersonales.com/tiempo-de-conquista/
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