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Echa las redes

Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!

Lucas 19:37-38

Mientras Jesús entraba a Jerusalén las multitudes lo aclamaban como el Bendito y daban a Dios toda la gloria abiertamente; sin embargo, cuando Jesús fue condenado y encontrado inocente por Pilato ¿dónde estaban aquellas multitudes que le habían reconocido?

Debemos evaluar si nuestro amor a Dios es una emoción o una decisión, la primera se mueve por las circunstancias, la segunda por nuestras convicciones.

Así como había multitudes que al principio lo aclamaban, había otras que estaban distraídas en los afanes cotidianos, y muchas otras que querían anularlo a como quiera lugar.

¿A qué multitud pertenecemos nosotros? ¿A los que alaban a Dios en cualquier circunstancia, o somos de los que solo lo hacen cuando todo va bien y nos escondemos cuando algo sale mal? ¿Acaso somos de aquellos que estamos distraídos en actividades más importantes? ¿O somos de los que nos sentimos incómodos por lo que Jesús es para otros?

Oración: Jesús, yo quiero ser de los que te alaban en el tiempo de la bendición y te bendicen en el momento de la prueba, yo quiero ser de las multitudes que te sirven en el cielo y en la tierra. Amén.

Serie: El tiempo de Su visitación. Revisa el plan completo en https://instruccionespersonales.com/el-tiempo-de-la-visitacion/


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