Decoro

Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

Prov. 31:23

Exaltar y promover el honor de tu marido.

En las puertas se resolvían los asuntos importantes y los pleitos también, eran los lugares equivalentes a los juzgados donde habrían de decidir el destino de las personas en situaciones complicadas y/o cotidianas.

Una buena esposa da siempre buen testimonio de su compañero y las decisiones que toma a toda persona que escuche (familia, amistades, desconocidos), porque finalmente, al hablar de él habla de sí misma también.

Tu sabio consejo, tu buen ánimo pueden ayudarlo a tomar decisiones asertivas y oportunas que lo conviertan en líder de una congregación. Darle honor a tu esposo contribuye a que su opinión sea considerada de autoridad.

Es nuestra responsabilidad ser amables y reservadas en nuestro decir y actuar, evitar avergonzarlos, y si es necesario corregirlos hacerlo en privado, con decoro, amor y paciencia, y sobre todo, con la intención de ser mejores. Muchos hombres han sido destruidos por la lengua y la indiscreción de sus esposas, así que también debemos respetar aquellos asuntos que nuestro esposo no pueda compartir por ser confidenciales.

Si bien tu marido es responsable ante Dios de vivir rectamente a pesar de la condición moral y espiritual tuya, decide qué clase de esposa quieres ser para él, aquella que lo incite a seguir a Dios con sus acciones y decisiones o a alejarse de él.