Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Marcos 14:38

Aunque te canses de todo: no te canses de orar.

Sabemos que los años no pasan en vano, que la mies es mucha y los obreros pocos, que el camino a Getsemaní y al Gólgota el solitario y vergonzoso, pero Dios tiene un propósito glorioso en todo ello.

Si sientes que tu carne está débil, vela y ora, para que no entres en la tentación de deprimirte, apartarte de la seguridad del cuerpo de Cristo y ser destruido.

La iglesia está para defender y conquistar. Su propósito está en protegerte y fortalecerte también.

No te apartes cuando te canses, acércate más, pide ayuda, llora si es necesario y permite que otros vengan en tu ayuda, y cuando vayan a pelear por ti, extiende tu mano e intercede por ellos, para que derroten a todos los demás gigantes que quieran levantarse.

Con esto aprovechamos para pedirte que ores por nosotros y por todos los miembros de este grupo, para que no nos falten las fuerzas para seguir haciendo la voluntad de Dios y compartiendo su Palabra.

Hoy terminamos esta serie: el 4° gigante y te agradecemos por seguirte fortaleciendo en la palabra de Dios y en la unidad con la comunidad de la fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Mañana tenemos devocional semanal y por la noche anunciaremos la siguiente serie ¡espérala!

¡Dios te bendiga!