Así como al gimnasio van las personas que quieren fortalecerse y al médico los que quieren sanarse, a la iglesia vamos los que deseamos ser mejores hijos de Dios.
Así como en el gimnasio encontrarás personas que al salir de ahí se exceden en los alimentos; lejos del médico encontrarás quien tenga malos hábitos para su salud; en la iglesia también encontrarás aquellos que “olvidan” las instrucciones que ahí recibimos.
En los 3 lugares encontrarás personas que fracasan en el intento; sin embargo, no debes decir que:
- El gimnasio no sirve. Porque hay personas obesas o fuera de forma, porque también hay quienes se esfuerzan y lo logran.
- Los centros médicos no sirven. Porque hay gente enferma o muerta, y también hay quienes obtienen la sanidad o quienes mueren porque su tiempo aquí ya terminó.
- La iglesia no sirve. Porque hay pecadores o hipócritas, si TAMBIÉN AHÍ hay muchos más que ejercen la misericordia y luchan para practicar el ejemplo de amor del único que sí es perfecto: Jesucristo.
En los tres lugares, hay un común denominador: las personas, y debes saber que cada una tiene una batalla y una misión única y especial en el Plan de salvación.
Deja de poner tus ojos en las personas, porque seguramente encontrarás decepciones.
- Lee la Biblia (para que conozcas el propósito que Dios tiene para ti)
- Congregarte en una iglesia (para que aprendas a entenderlo y practicarlo)
- Comparte la palabra de Dios con tu ejemplo (para que más personas crean y vivan en Su plan)
Todos somos pecadores. Sólo Dios es Santo.
Pon los ojos en Dios, pies en el camino (Jesús) y manos en Su obra.Todos lo necesitamos.
Así seremos un grupo muy unido y llegaremos a tener todo lo que nos falta; seremos perfectos, como lo es Cristo, por conocer al Hijo de Dios y por confiar en él.
Efesios 4:13 (TLA)
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