Lee Exodo 33.
Durante este capítulo vemos un encuentro con Dios, pero después de una situación muy triste. El pueblo se desenfrenó mientras Moisés estaba en el monte recibiendo las ordenanzas con Dios en el Sinaí y fue herido a causa de sus malas decisiones.
Es muy probable que todos hayamos experimentado las consecuencias de malas decisiones en nuestro pasado, y eso nos haya enseñado a tener más cuidado en las siguientes, pero tanto el exceso de cuidado como la falta de él, pueden provocar estrés y tristeza en nuestras vidas.
Como dice un dicho mexicano: Sólo el que carga el costal sabe lo que lleva dentro. Moisés estaba sintiendo la carga de un pueblo de dura cerviz.
Cerviz quiere decir “nuca”, y la dureza de ella representa la altivez, terquedad y testarudez de una persona que no sigue instrucciones.
El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.
Proverbios 17:22
Solamente la palabra de Dios tener la capacidad de traer descanso a nuestro espíritu, calmar nuestra alma (emociones) y relajar nuestro cuerpo, de otra forma, nuestro espíritu triste altera nuestras emociones y seca nuestro cuerpo.
Después de ver el arrepentimiento del pueblo, Dios le dijo a Moisés:
Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.
Éxodo 33:1-2
Dios nos sigue motivando a seguir adelante, a pesar de nuestros errores, a ir a conquistar sus promesas, y envía un ángel delante de nosotros para abrirnos camino. Sin embargo, Dios no iría esta vez con el pueblo, porque Dios es Santo, y la dura cerviz que ellos tenían (cerviz quiere decir “nuca” y se refiere a la terquedad y testarudez de una persona) podía hacerlos caer consumidos ante Su presencia.
Cuando Dios se aleja de nosotros, no es porque ya no nos quiera, es porque seguridad nuestra, Él decide hacerse a un lado para que Su santidad no nos consuma, hasta que seamos reconciliados, porque de otra forma, nos destruiría.
Dios sigue cuidando de nosotros aunque estemos en una situación complicada, y a través de ella nos irá llevando en un proceso que nos sorprenderá con el resultado. Iniciamos esta serie para que podamos tener la presencia de Dios entre nosotros y tener paz.
Iniciamos la serie: Su presencia trae descanso.
Día 1 – Sal de la zona de confort
Día 2 – Sinceridad
Día 3 – Recuerda tu propósito
Día 4 – Muéstrame tu gloria
Día 5 – En la adversidad
Día 6 – Ven a mí
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