fbpx
Echa las redes

Híjole, ¿cuántos podemos decir que el nombre de Dios está en nuestra casa y andamos delante de Él?

Dios trasladó su morada e hizo de nuestro cuerpo Su templo, su casa, su lugar de descanso; Jesucristo con su muerte y resurrección, quitó la separación y nos acercó por medio del Espíritu Santo.

¡Tenemos la presencia de Dios prometida en nosotros! ¿Cómo sabemos que permanecemos en Él y él en nosotros? Porque vamos siendo perfeccionados en el amor por los otros a través del Espíritu. (1 Juan 4:12-13)

Señor ¡ven a mi casa!. Hoy toco trompeta para que te acuerdes de mí y me salves (Números 10:9). ¡Por favor! Lléname, límpiame, ordéname.

Quita todo lo que impide que llenes mi vida, mi familia, mi tierra. Que no haya espacio para nada ni nadie más que para tí, porque si tú lo llenas todo estaré completo y tendré descanso.

Pon Tu Nombre sobre mí, escóndeme en la roca que es Cristo (Éxodo 33.22) y sellame con fuego de tu Espíritu Santo. Te lo pido, en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, Amén.

Misión: Clamar a Dios y humillarme delante de Él para que me escuche y me salve.

Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

2 Crónicas 20:9

Echa las redes
error: Contentenido protegido !!