Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7

Ayer leíamos que es posible rompernos en el proceso de Dios. ¡Y llorar se vale!

Dios nos exhorta a que todas nuestras oraciones y ruegos estén llenos de gratitud, ¿pero cómo experimentas la gratitud en medio del quebranto?

Expresando tus sentimientos en el lugar correcto: ante Jesús.

Tú puedes acercarte a Él y decirte todo lo que te está atormentado, puedes desahogarte, llorar y  hasta dejarte caer porque sientes que ya no puedes mas, pero una vez que estés ahí, en el suelo, y que el extienda su mano hacia ti, te pido que enfoques tu mirada en sus pies y en sus manos.

¿Qué ves en ellos?

Si yo cierro los ojos ahora mismo, puedo verlos horadados, perforados por los clavos de la cruz, pero al mismo tiempo, veo a un hombre vivo, resucitado, que venció a la muerte para que yo tuviera confianza y vida eterna, solo creyendo en Él.

¿Puedes sentir la gratitud brotando de tu corazón y rebosándote de tal manera que sale por tus labios un: gracias Jesús?

Que todo lo que pidas y ruegues a Dios, sea reconocido por tu gratitud por lo que El hizo por ti.

Tal vez desde la cruz tus problemas no te duelan tanto, peor si los ves desde la tumba vacía, tus problemas quedarán ¡enterrados! De la oscuridad Él nos llevó a la luz, Su luz admirable, por pura misericordia!

Después de la gratitud a Dios por su inmenso amor, viene la paz que sobrepasa el entendimiento, que no se puede explicar o entender peor que sí puedes experimentar y disfrutar. Esa paz va a aguardar, va a cubrir y proteger tu corazón y tu mente, tus sentimientos y tus pensamientos. Ya no serás dominado por la necesidad, ahora serás gobernador por la gratitud y la paz que produce la confianza de saber que nada se compara con lo que Jesús hizo por ti, y nada podrá vencer eso jamás.

Serie: ¡No te rindas!
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¡Dios te bendiga!