Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad…

hechos 5:1

(Hechos 5:1-11)

Ella y su esposo pertenecían a la iglesia primitiva de creyentes de Jesús. Ambos vendieron una de sus propiedades y trajeron la ofrenda de la venta a los apóstoles para que estos la repartieran entre la comunidad, sin embargo, sustrajeron una parte, mintiendo sobre el precio. A causa de la mentira y el engaño, cayeron muertos de inmediato por el juicio de Dios y fue notorio para todos los que vivían alrededor que Dios conoce las intenciones de nuestro corazón.

¿Qué lección podemos encontrar?

  • Sembrar engaño y mentiras, cosecha juicio y muerte.
  • No estamos obligados a darle a Dios todos nuestros bienes, pero si lo vamos a hacer, debemos hacerlo con sencillez de corazón.
  • Dios valora los corazones dispuestos, más que los actos de adoración públicos.
  • A veces podemos buscar más el reconocimiento de los demás, que el de Dios.
  • No debemos confabularnos con nadie, ni con nuestro esposo, para engañar.
  • Todos los actos deshonestos en nuestra vida están expuestos delante de Dios.
  • Debemos erradicar todo lo que quiera contaminar la nueva obra que Dios esta construyendo en nosotras.

¿Tú puedes encontrar alguna otra?

¿Hay algo en la vida de la samaritana que puedas aplicar el día de hoy?

¿Qué quiere decirte Dios sobre esto?

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.  

Gálatas 6:7

Ella es una de tantas mujeres ¡que tienes que conocer! ¡Comparte esta información con alguien más!

Escucha la enseñanza adicional que compartimos madre e hija – Día 82- Safira