Rizpa

Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche.

2 Samuel 21:10

 (2 Samuel 21: 3-7)

Hija de Aja y concubina del rey Saúl, tuvo dos hijos, Armoní y Mefi-boset. Por el pecado del rey Saúl quien mató a los gabaonitas, vino una gran hambre sobre la nación. El rey David, en restitución por los hombres asesinados, accedió a entregar 7 descendientes de Saúl para que fueran ejecutados conforme a la ley y dos de ellos eran hijos de Rizpa, y cinco de Mical con su esposo Adriel, hija de Saúl.

Ella permaneció junto a los cuerpos de sus hijos muertos para que ningún animal los despedazara durante muchos días, lo cual conmovió al rey por el cuidado y honra que ella dio a sus hijos. Estos actos valientes provocaron que se hiciera un sepelio adecuado a todos los descendientes de Saúl que pagaron las consecuencias de sus actos.

Aunque Dios no pidió la muerte de los hijos de Saúl, sino los gabaonitas, Él se agradó de que honraran la memoria de los muertos y les dieran sepultura apropiada.

¿Qué lección podemos encontrar?

• Las decisiones de los padres afectan sin remedio a sus hijos.
• La honra que damos a nuestros familiares fallecidos hace que otros respeten su memoria.
• El amor de una madre por sus hijos puede tocar el corazón de las autoridades.
• Dios se mantiene firme y fiel para cuidar que nosotros no seamos despedazados.
• El amor de una madre que intercede de día y de noche por sus hijos, es el reflejo del amor de Dios por nosotros.
• Dios es propicio con nosotros cuando honramos Su fidelidad.
• Aunque tenemos derecho a pedir justicia, el Señor se complace en que hagamos misericordia para que no se derrame más sangre sobre la tierra.

 ¿Tú puedes encontrar alguna otra?

¿Hay algo en la vida de Rizpa que puedas aplicar el día de hoy?

¿Qué quiere decirte Dios sobre esto?

 Pero nunca olvidaré algo que siempre me dará esperanza. El fiel amor del SEÑOR nunca termina;    su compasión no tiene fin, cada mañana se renuevan.  ¡Inmensa es su fidelidad!

Lamentaciones 3:21-23 PDT

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