Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Gálatas 6:1
Habiendo pasado por este proceso de Dios muchas veces en mi vida, y consciente de que seguiré pasando por él una y otra vez porque sigue habiendo mucho que tratar en mi corazón para acercarme cada vez más a Dios, el Señor nos invita a restaurar a otros con mansedumbre.
Si nosotros somos lo suficientemente maduros para darnos cuenta que otro está cayendo en alguna falta, busquemos reintegrarlo en su relación con Dios con amor, que es el fruto del espíritu que está lleno de gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Recordemos que así como Cristo nos perdonó, nos recibió de nuevo y nos invitó a formar parte de su familia, así debemos perdonar a otros, sin acusación, sin avergonzar a nadie, con amor.
Porque en este proceso de perfeccionamiento y restauración continua, podemos volver a caer y necesitar que alguien más venga a nosotros para recordarnos el amor de Dios.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Mateo 11:29
Serie: Dios busca nuestra restauración.
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