El remordimiento no es lo mismo que el arrepentimiento.

El remordimiento te hace sentir culpable, pero el arrepentimiento de hace libre. Dios nos ha dado muchas herramientas para vivir plenos y una de ellas es el arrepentimiento.

¿En qué consiste?

En confesar nuestro pecado, pedir perdón (a Dios y al agraviado) y cambiar nuestra forma de vivir.

El remordimiento te va a hacer sentir triste, pero el arrepentimiento te va a hacer cambiar y vivir distinto.

Si hay algo que te provoque remordimiento hoy, trae el asunto a Dios, habla con él, exponle tu situación, pídele perdón y toma la decisión de apartarte de ello para poder seguir adelante.

Si reconoces que necesitas ayuda, pídele a Jesús que sea tu Señor y Salvador,  Él es el Hijo de Dios que se entregó para pagar tu deuda y la mía en la cruz. Cuando el pecado entró en el mundo lo corrompió todo y exigió nuestra muerte, pero Jesús dio su vida para cancelar la deuda, y olvidarlo todo para darnos una nueva oportunidad.

Jesús dejó tus pecados perdonados atrás. ¡Déjalos tú también y sé libre en el nombre de Jesús!

Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.

Proverbios 28:13 NTV