No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere. Proverbios 3:11-12
La corrección es dura de escuchar, pero si sabes recibirla, te ahorrará muchos problemas, porque no está diseñada para menospreciarte ni destruirte, sino para hacerte más sabio y más fuerte.
Quien piense que no existe un manual para ser padres (o hijos) se equivoca, sí existe y está escrito en la Biblia.
Como en todas las instalaciones, es preciso leer el manual antes y no cuando hay un problema, sin embargo, si fuera necesario, encontrarás la solución, aunque no entenderás del todo el porqué.Muchas de las correcciones en el Antiguo Testamento hacia las violaciones de la ley no eran más que un sistema de reglas y orden de un Padre que veía a toda una nación como su hijo.
A cada situación correspondía una consecuencia, y si las acciones eran graves las consecuencias lo eran más, al grado de implicar la muerte a través de una sentencia ejercida por todo el pueblo, matando al detractor a pedradas.Este es el castigo establecido para los hijos rebeldes:
»Si alguno de ustedes tiene un hijo terco y rebelde, que no obedece a su padre ni a su madre aunque lo castiguen, hay que hacer lo siguiente: »Juntos el padre y la madre llevarán a su hijo hasta la entrada de la ciudad donde vivan. Allí es donde se reúnen siempre los líderes de la ciudad. Entonces les dirán a los líderes: “Nuestro hijo es muy terco y rebelde. No nos obedece. Para colmo, ¡es un glotón y un borracho!” »Dicho esto, todos los que vivan en esa ciudad matarán a pedradas a ese hijo rebelde. Así no habrá maldad en Israel, pues todos tendrán miedo de hacer lo malo». Deuteronomio 21:18-21 TLA
¿Qué fuerte verdad? Acaso a Dios le gusta que sus hijos se maten entre si? La respuesta es NO.
¿Entonces por qué Dios establecía esos castigos? Por la misma razón que los padres les advertimos a los nuestros que les vamos a castigar/reprender/pegar si no hacen caso: ¡porque queremos asustarlos lo suficiente para que no lo hagan!
Dios todo el tiempo está pidiéndole a los padres: corrijan a sus hijos antes de que llegue el tiempo en que la sociedad tenga que hacerlo, porque su acción oportuna los llevará a la vida o su falta de liderazgo los condenará a la muerte.
Y si te fijas, por más descabellado que parece la porción bíblica, se aplica a la sociedad actual: aquellos hijos que no pudieron ser corregidos por sus padres, terminan en los tribunales (que eran las puertas de la ciudad de Israel) y muertos en alguna cárcel a manos de otros presos, o del crimen organizado.
Pero tal vez pensarás que hay casos imposibles, así como dice el refrán: árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza, pero NO, eso es lo que dice la gente, escucha lo que dice Dios al respecto:
Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos. Isaías 45:2
Si tú pones a Dios delante de ti, él puede enderezar lo que está torcido, quebrar corazones y cabezas duras, así como romper con cualquier costumbre que te impida seguir adelante.
Tú como padre, debes leer el Manual para evitar llegar hasta la consecuencia más terrible, pero es necesario que lo conozcan también los hijos.
Empieza a leer la Biblia, a conocer el por qué y para qué de cada palabra de Dios, todo está diseñado para que quien pueda aprender a ser gobernado por Dios, pueda gobernar bien su casa.
Enseña a tus hijos reglas y límites.
Hazles entender que no quieres coartar su libertad, sino protegerlos del mal. Si tú eres hijo, entiende que Dios, como tu Padre, está buscando evitar que sea otro el que te haga entender.
No le quites valor a lo que tus padres, autoridades o Dios te piden que corrijas, están enderezando tus pasos para que vuelvas al Camino, porque así como tus padres, te ama.
Dios está todo el tiempo advirtiéndonos de las consecuencias, no porque esté esperando el momento para castigarnos, sino porque todo el tiempo está tratando de evitar que suframos.
Recibe la corrección de Dios para que cuando llegue el momento, puedas compartirla a otros.
Oremos para que el Señor enderece lo que esta torcido en cada uno de nosotros, si hay alguna costumbre, actitud o actividad que nos esté sacando del Camino, que Él nos enseñe a escuchar y corregir nuestros pasos.
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