Hace tiempo fuimos de vacaciones a la playa y rentamos dos sombrillas gigantes. El arrendador cavó hondo y las dejó firmes ante el movimiento de banderas rojas que indicaban vientos fuertes y que imposibilitaban entrar al mar…
Con el paso de las horas y a medida que subía la marea, tuvimos que moverlas y se nos hizo muy sencillo quitarlas y ponerlas en otro lugar. Por más que cavamos y pusimos piedras para reforzar entre la arena, con cualquier airecito, la sombrilla gigante se nos caía encima y no era nada sencillo levantarla y tratar de ponerla derecho con el viento en contra.
En este pasaje, Dios le dice a su pueblo que se prepare para crecer, que alargue el techo, que extienda las paredes, que levante las cuerdas, que refuerce las estacas.Dios da una orden y con ella vienen instrucciones.
Si las sigues, podrás levantar un espacio gigantesco de manera correcta y segura para ti, para los tuyos y para los que han de venir.
Si no, ese gran propósito se te va a caer encima, y con el viento en contra, va a ser casi imposible que puedas manejarlo, los que puedan saldrán huyendo y hay riesgo de que algunos queden lastimados o peor aún, aplastados.
Si tus manos son inexpertas, como las nuestras al mover la sombrilla en la playa, pide ayuda al dueño. Él sí sabe qué hacer con ellas para que sean una bendición y no una maldición para ti.Busca en la palabra de Dios las instrucciones para cimentar tu vida y la de tu familia, de otra manera esos grandes planes y esos techos humanos se pueden venir abajo y destruirte.
Las promesas de Dios son para todos, pero sólo alcanzan la bendición completa los que siguen sus instrucciones y las obedecen.Refuerza tu vida con la Palabra de Dios para crecer en bendición.
Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
Isaías 54:2
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