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Echa las redes

Desde que estaba en el vientre, Jacob peleaba con sus fuerzas por la bendición de Dios y ese momento en Peniel, delante de Él, no fue la excepción, toda la vida había estado luchando y no iba a descansar hasta alcanzarla:

– No te dejaré hasta que me bendigas-, le dijo al varón con el que se enfrentaba.

Jacob había sido llamado por su pecado toda su vida y no quería escuchar esa palabra una vez más, pero era necesario reconocer lo que había sido: un suplantador y un engañador.

El diablo te llama por tu pecado, pero Dios te habla por tu nombre, ese qué Él tenía preparado sólo para ti desde antes de la fundación del mundo y que está escrito en los cielos para que todas las huestes espirituales lo sepan.

Tal vez has sido marcado por palabras que han dejado huella en tu vida como mentiroso, infiel, perdedor, homicida, y muchas otras más, pero esas son sólo palabras de mentira dichas por hombres; esas no son las palabras que Dios ha puesto para distinguirte, Él planeó algo grande para ti y puede convertirte en eso qué Él diseñó, si lo dejas.

¿Qué es lo que tienes que hacer? Sólo admitir que lo necesitas y dejar tu vida en Sus manos para que la arregle.

En su libro están escrito nombres para ti como: único, vencedor, perfecto, amado, recto, bueno, fiel y santo.

Misión: Reconocer quien soy delante de Dios para que me haga una nueva criatura.

Génesis 32:27-28 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Si tú quieres dar un paso de fe, arrepiéntete de tus pecados y pide a Jesús que sea tu Señor y Salvador. Da un paso de fe: muere al pecado y vive para Cristo. Escucha el llamado. Toma el siguiente paso.


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