Y para expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación. Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que  suele ofender.

Levítico 6:6-7

EL Señor quiere restituir todo lo que hemos perdido, pero lo más importante que Él ha preparado para nosotros es completar lo que Él diseñó para nosotros desde el principio y que fue corrompido con el pecado, nuestra relación con él, deforma eterna.

La mayor promesa de restitución que podemos recibir de Dios es la de volver a Su presencia y vivir con Él. Esta promesa ha sido entregada a nosotros por medio de un cordero y un sacerdote sin defecto: Jesucristo. Él ha hecho expiación por nuestros errores, pecados y deudas, por medio de Su sacrifico y obra, hemos obtenido el perdón de cualquiera de todas las cosas en que hemos ofendido a Dios, al prójimo y hemos fallado.

La mayor recompensa de haber caído en pecado, es que por medio de la fe en Jesucristo como Señor y Salvador, Dios nos restituye el lugar de gracia y nos devuelve al jardín, a ese lugar donde hablamos con Él con libertad y vivimos en plenitud.

Por medio de Jesucristo hemos sido perdonados de todas nuestras faltas, y es un buen momento de adorarle y rendirle ofrenda en el altar. Pero también es un buen momento para atender esta indicación del mismo Jesús:

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mateo 5:23-24

En Cristo somos perdonados, pero también tenemos un compromiso de perdonar y pedir perdón a otros, para así reconciliarnos con Él.

Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. Colosenses 3:13 NTV

Todo pecado es justificado por el arrepentimiento y a la restitución. Dios nos ha justificado y restituido, ahora vayamos afuera, justifiquemos y restituyamos a otros, por amor a Jesús.

RETO: Perdona y pide perdón para que puedas restituir a otros el lugar en tu corazón.

ORACIÓN: Señor, no quiero amar y perdonar solo de palabras, me quiero entregar como lo harías Tú. Amén.

INTERCESIÓN: Francis, por una nueva unción que pudra los yugos.

Serie: Restitución. Plan completo en: https://instruccionespersonales.com/restitucion/