Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Efesios 4:31
Muchas de nuestras cargas vienen de problemas de nuestro carácter. ¿podemos identificar alguno de los anteriores que nos haya llevado a un problema que no sabemos cómo resolver?
Tal vez conozcas al apóstol Juan, quien era conocido como el apóstol del amor por sus cartas. Él se recostaba junto a Jesús y le seguía siempre de cerca, peor antes de Jesús, él era conocido como Boanerges, que quiere decir hijos del trueno [estruendo; de la ira]
Tal vez nosotros tenemos una herencia iracunda o un carácter estruendoso, hemos repetido patrones de conducta familiares que nos llenan de amargura, gritería o maledicencia, incluso, que nos hacen pensar o actuar con malicia, pero luego entra Jesús en nuestras vidas y produce un cambio tan llamativo que todos pueden verlo.
La Escritura menciona que Moisés era el hombre más manso sobre la tierra, pero hubo un tiempo en que a causa de la opresión de sus hermanos, aprovechó la ocasión para matar a un egipcio que los maltrataba.
Dios no ignora nuestros defectos, y la Escritura no los esconde, sino que los expone, no para avergonzarnos, sino para usarlos para la gloria de Dios, para que todos vean que el hombre o la mujer que una vez fuimos, lleno de delitos y pecados, ahora ha muerto, porque gracias a Jesús, hemos resucitado y ahora somos una nueva criatura, con la capacidad de hacer todo diferente.
¿Hay algún defecto que reconozcas en tu carácter que necesitas exponer ante Jesús?
Comentarios recientes