Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Lucas 9:62
Otro invitado al ministerio le dijo a Jesús: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa (Lucas 9:61)
¿Recuerdas de dónde vienes y porqué caíste a los pies de Jesús?
Hay una frase que dice que el que mucho se despide, no se quiere ir.
Y a veces así nos pasa, hay una parte cómoda en nuestra vida anterior, hay amistades y costumbres que nos es difícil dejar, pero Jesús nos dice: si miras atrás, si añoras más aquello que dejas, no eres apto.
Tú no puedes avanzar si tienes tu cabeza y tu corazón en el pasado.
¿Conoces a la esposa de Lot? A ella se le dio la oportunidad de tener un futuro y avanzar con su familia hacia él, ella fue sacada junto a su esposo y sus hijas de un mundo de perversidad condenado a la destrucción con una sola indicación: no mires atrás.
Pero su corazón estaba en Sodoma, en sus cosas, en su estilo de vida y no resistió mirarlo una vez más. Su corazón lo anhelaba, y le dio la espalda a su esposo, sus hijas, su futuro y también a Dios.
Si tu corazón anhela tu vida pasada, no eres apto para el reino, pero si quieres ser apto tienes que tomar más decisiones.
¿Conoces al joven rico? Él también fue invitado a seguir a Jesús, pero sus riquezas pesaban más en su corazón que su anhelo de seguir a Dios, y lo detuvieron.
La esposa de Lot también quedó detenida, hecha una estatua de sal para que todos recordaran las consecuencias de su decisión.
¿Quieres quedarte detenido? ¿Quieres perder el propósito para el que fuiste creado por quedarte inmóvil, añorando el pasado?
Haz un compromiso con el Señor de seguir adelante sin dudar; que ni tus posesiones, ni tus lazos familiares, ni tus costumbres y amistades sean una excusa para coartar el propósito de Dios para ti.
(Lee Génesis 20 y Marcos 10)
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