Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 

1 Corintios 12:7

¿Recuerdas que la semana pasada hablamos de los dones, los ministerios y las operaciones del Espíritu Santo? Todos ellos pertenecen al mismo Espíritu, y uno de ellos es el discernimiento de espíritus.

El don de discernimiento de espíritus, o «distinguir» los espíritus, es uno de los dones del Espíritu Santo, quien reparte estos dones a los creyentes para el servicio en el cuerpo de Cristo. Cuando se trata de este don, cada creyente nacido de nuevo tiene una cierta medida de discernimiento, que aumenta a medida que el creyente madura en el Espíritu.

El discernimiento espiritual es directamente proporcional al cambio de mente y corazón, y la práctica y el uso que tienen los sentidos ejercitados en el conocimiento del bien y el mal; por esa razón es que nuestra mente es tan duramente atacada, para que vivamos confundidos, para que no aumentemos la madurez, que dejemos de poner en práctica la renovación de nuestro entendimiento y por consiguiente, paralizarnos y destruir la buena obra que Dios comenzó y opera a través de nosotros.

La manifestación del Espíritu es para provecho del reino de Dios, no para su destrucción y desprestigio.

Y así como Dios está interesado en que mengüemos para que Jesucristo crezca en nosotros, también hay un adversario que va a buscar de todas las formas posibles hacer lo contrario.

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

1 Juan 4:1

Satanás conoce la Escritura, pero la usa para su beneficio. Tú necesitas conocer la Escritura también, para saber cuándo está bien aplicada y cuándo no.

Los que disciernen espiritualmente están tan familiarizados con la Palabra de Dios, que ellos reconocen al instante lo que es contrario a ella. Ellos usan la Palabra de Dios para «probar los espíritus», para ver cuáles están alineados con Dios y cuáles están en oposición a Él. Los que disciernen espiritualmente son diligentes en «usar bien» (2 Timoteo 2:15) la Palabra de Dios.

¿Cómo estás en el conocimiento de la Escritura? ¿Qué tan disciplinado eres para leerla diligentemente todos los días?

Cuando naciste de nuevo, Dios quitó el velo para que pudieras ver más allá de lo evidente, pero si tu quieres ir más profundo, tienes que ahondar en la Palabra de Dios, y tienes que menguar para que Él crezca.

Te recomendamos iniciar un Plan de Lectura Bíblico para que la leas completa por lo menos una vez al año, la app YouVersion tiene varios que pueden acompañarte a leerla en tu celular con comentarios y devocionales muy interesantes.

Acércate a tu iglesia local y sigue el plan del lectura que ésta te ofrece, y si no tiene uno, toma la iniciativa para comenzarlo y motivar a otros. Comprométete con tu familia natural y la familia de la fe a leerla y escudriñarla, para poder probar los espíritus, para provecho del reino de Dios.

Serie: Discernimiento. Revisa la introducción y el plan completo en https://instruccionespersonales.com/discernimiento/