Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Isaías 59:2
Una de las razones por las que no tenemos paz con Dios es porque hay divisiones con Dios, o con el cuerpo de Cristo.
Cuando el apóstol Pablo escribió la palabra paz, había escrito en griego la palabra eriene, que no significa solamente tranquilidad, sino también un estado de plenitud que nos hace sentir completos, sin divisiones, completamente unidos.
La ausencia de paz viene de sentirnos apartados o divididos. El pecado nos divide, nos aparta de Dios y nos impide escuchar su voz.
¿Te has sentido incompleto, intranquilo, como que le falta paz a tu vida y no puedes escuchar a Dios por más que lo intentas?
El pueblo de Dios camina sin paz en el corazón porque hay enemistad con Dios o con el prójimo.
Hoy te invitamos a reflexionar en esto, ¿hay algo en tu vida que te separe de Dios o de otras personas?
Si puedes identificar un conflicto tenemos dos opciones:
- Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 1 Juan 3:15
Identifiquemos y reconozcamos el pecado en nuestra vida, porque este nos condena a muerte. Adán y Eva huyeron de Dios cando se dieron cuenta de que el pecado los desnudaba y avergonzaba, pero Dios sigue buscándonos para cubrirnos con su gracia cuando reconocemos nuestro error y darnos una nueva vida.
- No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Romanos 12:17-18
Determina en tu corazón que sin importar la circunstancia por la que caíste en pecado, tu vas a procurar hacerle el bien a las personas involucradas. Aún si lo intentas y ellas se niegan, en lo que dependa de ti, está en paz con ellos. Esto te acercará con Dios aún cuando ellos decidan estar apartados.
Reconocer las divisiones y conflictos que nos apartan del cuerpo de Cristo, pedir perdón y buscar el bienestar de los demás nos une de nuevo con Dios y nos hace sentir completos, recuperando la paz que Él nos ofrece y viviendo en libertad.
Hoy te invitamos a ser audaz y poner en práctica estos consejos para gozar de los beneficios de los que hablaremos el día de mañana.
ORACIÓN. Padre, sé que mis pecados me han apartado de ti y por esa causa no veo tu rostro ni escucho tu voz. Hoy quiero acercarme a ti de nuevo, muéstrame aquellas personas con las que debo reconciliarme, a quién debo perdonar y a quién pedir perdón, ayúdame a vencer el mal con el bien procurando hacer siempre lo bueno delante de todas las personas para estar en paz con todos, pero especialmente contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
Serie: PAZ CON DIOS
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