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No os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

Hebreos 4:12

Una de las causas que nos impide cuidar nuestra vida espiritual en Cristo Jesús es la pereza. La pereza no es solamente la flojera de hacer algo, sino también un acto derrochador de recursos e insensato: es malgastar el tiempo valioso.

La pereza es también una negligencia, ya que no aprovecha para hacer lo que debe hacer, cuando es necesario hacerlo. Tal vez la pereza ha venido a tu vida por distintas causas: desánimo, cansancio, adversidad, resistencia al cambio, enfermedad, etcétera, desconocemos cómo llegó a tu vida, pero no debe quedarse.

Recordemos lo que dijo el Señor en la parábola de los talentos: siervo malo y negligente….

Si nosotros queremos imitar a Jesús y heredar Sus promesas, necesitamos ser diligentes.

¿Recuerdas al hijo pródigo? Él fue otro derrochador que volvió en sí.

Amo estos “de repente” de Dios que nos hacen darnos cuenta de que hemos estado obrando mal, que nos impulsan a recapacitar y dar un giro a las circunstancias.

¿Te has dejado tú llevar por la pereza a la hora de hacer lo que Dios te pidió y de cuidar tu viña? Has malgastado tiempo que no puedes recuperar y que se ha perdido para siempre a causa de postergar lo que Dios te pidió que hicieras.

Si tú hoy te sientes como el hijo pródigo…

…. y te das cuenta lo lejos que estás de la casa del Padre…

… de tus deberes y actividades…

….de tu propósito y tu familia de la fe….

… y estás dispuesto a regresar a trabajar no como hijo, sino como siervo, diligentemente…

Toma una decisión en tu corazón y mueve todo tu ser a la acción. Tal vez el camino de regreso será largo y pesado, pero no te desanimes. Cada vez que recuerdes la compañía del Padre y las delicias que hay a Su diestra para siempre, podrás mirar a los obstáculos con un a convicción en tu corazón:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.  

Gálatas 2:20

Transforma esto en una oración y decide, por la fe, ponerla por obra. Ya no malgastes el tiempo en la pereza, despierta.

Serie: Cuidemos nuestra vida en Cristo Jesús

Revisa el plan completo en: https://instruccionespersonales.com/cuidemos-nuestra-vida-en-cristo-jesus/


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