Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.
Filipenses 4:5
Me impresiona ver cómo la gente responde a la amabilidad.
Los actos de amabilidad se han vuelto tan escasos que la gente los mira con desconfianza, luego un poco desorientados y finalmente relajan su cara y asoman una sonrisa, a veces hasta un gracias, algunos alegremente, otros casi con humildad.
¿Es necesario que estén al borde de la extinción para que valoremos la bondad, la cortesía, la educación, la buena voluntad, la misericordia?
Dios ha puesto dones y maravillas en tí para compartir. La humanidad está necesitada de ellos y no se dan cuenta cuánta bendición tienen en sus vidas.
Si no te animas a compartir lo que has recibido gratuitamente de Dios, puedes ser amable con alguien, puedes decirle que Cristo lo ama, o que Dios lo bendice, o que esperas que el Espíritu Santo lo ilumine en tal o cual situación que enfrente, y tan sólo con ese pequeñísimo detalle alegrarás corazones con la paz y el amor que sólo Dios nos puede dar.
En 2017, Dios me puso un reto: regalar 24 bendiciones diarias, una por cada hora del día, donde yo quisiera.
Me fui a los mercados, al centro de la ciudad, afuera de las escuelas, y a la gente que me encontraba por donde anduviera caminando… el trato era que debía ser personal.
Y así estuve 3 días hasta que -supongo- vio que me lo tomé en serio.
Ahora, mi trabajo me permite hacerlo a una cantidad muy superior, y así llevo más de 6 meses en la obra.
A veces es cansado -sobretodo cuando lo hago en mis fuerzas-, pero luego me acuerdo de la misión y el Señor aviva mi ser.
Si un día me ves en la calle y me falta la sonrisa, sonríeme tú también y recuérdame que Dios nos esfuerza y nos está mirando.
¡BENDICE AL SEÑOR Y BENDICE A LOS DEMÁS TAMBIÉN!
LA HUMANIDAD LO NECESITA.
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