Ora por los matrimonios

Esta noche, antes de dormir, te pido que ores por los matrimonios.

Hace un año, en el tiempo de oración de la iglesia, mientras orábamos por ellos no dejaba de ver una imagen en mi mente: un gusano y pus saliendo de una herida en los labios de una persona, mientras unas manos intentaban sacarlo.

Y la imagen era desagradable, porque no dejaba de salir inmundicia de esa herida, por más que trataban de limpiarla.

En ese momento interminable, sólo podía pedirle a Dios que limpiara esa herida, que sacara toda esa enfermedad de los matrimonios, que los limpiara hasta que saliera sangre y agua, igual que salió de Su corazón cuando explotó de amor por nosotros en la cruz.

¿Cuántos matrimonios hoy están heridos porque esos labios han buscado alegría en otro lugar, han sonreído a otros ojos, han comido pan de mentira, han sido infieles en su corazón y se han convertido en labios adúlteros, que se han contaminado y guardan en su interior la evidencia de que el pecado existe, y los inflama y pudre por dentro?

Tal vez es una declaración muy fuerte, pero hay matrimonios que se están muriendo por dentro.

Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.  Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.

Isaías 6:5-7

Jesús puede resucitar lo que está muerto, puede limpiar lo que está contaminado y puede restaurar lo que está destruido. Él cubre tus errores, llena tus huecos, suple tus necesidades, él tiene poder para hacer todo de nuevo y darte una comisión nueva.

Acércate a Jesús en oración con humildad, con corazón arrepentido y confiesa tu pecado. Él te liberará y te dará una nueva esperanza de vida.

Ora por los matrimonios, para que hagan de Dios es centro de sus vidas, para que sean fortalecidos internamente y no se rompan fácilmente.