Aún el hombre con más sabiduría en el mundo no pudo enseñar a sus hijo Roboam a temer a Dios y respetar a sus mayores. Finalmente, a causa de las decisiones de Roboam y sus pasiones juveniles, el reino se partió en dos y condenó a muerte muchos hogares.
Necesitamos que Dios nos enseñe cómo, porque nuestra propia prudencia está limitada.
Oremos por todos los hogares, para que la experiencia de Salomón y su hijo Roboam, no se repita en los nuestros y nuestra casa esté dividida y condenada a muerte por el pecado.
Asegurémonos de enseñar a nuestros hijos a honrar a Dios y a los mayores, para que podamos permanecer unidos.
Muchas familias han pasado muchos días sin padres en casa.
Si hoy hay un padre o madre en casa hay que hacer evidente nuestra existencia, demos gracias a Dios porque hay una oportunidad de volver a unirnos, de buscar juntos a Dios y corregir nuestro futuro.
Te reto a que hoy juntes a tu familia en casa y que hagan una oración JUNTOS pidiendo a Dios perdón por sus pecados, dándole el control de sus vidas y pidiéndole que restaure su reino en tu hogar, y poco a poco, un hogar a la vez, lo hará en nuestra nación y en el mundo.
Hagan algo diferente hoy, abran la biblia y lean una porción juntos, pueden empezar por un evangelio. Busquen un juego de mesa y jueguen juntos, vean una película, salgan a caminar, siéntense todos a la mesa y platiquen mientras comen. Hablen de sus sueños y de sus limitaciones, abrácense un rato, llenen de besos a su esposo/esposa/hijos. Díganle cuánto los aman y los corazones (y las familias) empezarán a cobrar vida otra vez.
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