Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. 1 Corintios 10:8
El sexo es parte de la buena creación de Dios (Génesis 1:31) y está diseñado para proveer placer y satisfacción (Cantares 4:10). Tanto al hombre como a la mujer se les ha dado el regalo de poder experimentar el placer y el disfrute dentro del matrimonio. Dentro del matrimonio, entre el esposo y su esposa, es una bendición, fuera de él, es un pecado y conlleva una maldición.
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 1 Corintios 6:18
En ciertos respectos se pudiera asemejar la fornicación a romper una hermosa pieza de porcelana. Esta puede ser reparada, pero la evidencia del rompimiento siempre estará allí. Por otra parte, la fornicación se pudiera asemejar a una grave quemadura de tercer grado. Pudiera decirse que el arrepentimiento hace que sane la herida, pero no sin dejar tejido cicatrizal que siempre le recordaría a uno el pecado. Sí, la fornicación es pecar singularmente contra el cuerpo, porque todo el cuerpo y toda la personalidad están envueltos en ello, pero también es pecar contra Dios, porque nuestro cuerpo es el templo de Su Espíritu.
El pueblo que salió de Egipto, además de codiciar, cayeron en la tentación de tener relaciones sexuales con quienes no tenían un vínculo matrimonial. Aunque físicamente ese mismo día cayeron 23 mil personas, esto es algo que también acontece espiritualmente en nuestro tiempo.
No vemos caer muertos físicamente a las personas que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio o que practican la inmoralidad sexual, pero espiritualmente sí sucede.
¿Qué podemos hacer al respecto? Confesar nuestro pecado, arrepentirnos y vivir una vida diferente, dejando el pecado atrás.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley… Gálatas 3:13
Si alguno pecare, abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo el Justo, él es el único que puede redimirnos de la maldición del pecado de fornicación, y quien puede darnos la salida de cada prueba a la que nos enfrentemos, y salir victoriosos.
Nota:- En general, la Escritura nos exhorta a someternos a Dios, resistir al diablo y huirá de nosotros, pero solamente en la tentación y pecado sexual es donde nosotros debemos huir sin importar nada más. Huye del pecado y busca ayuda
Lee la historia de José y cómo prefirió no pecar contra Dios al huir de la mujer de Potifar en Génesis 39
ORACIÓN: Padre hoy me acerco a ti confesando mi pecado y pidiendo tu perdón. Te pido que tu Palabra me fortalezca y me limpie de toda inmoralidad sexual, para que mi cuerpo sea un digno templo de tu Espíritu, yo quiero vivir una vida íntegra en espíritu, alma y cuerpo también. Te lo pido en el nombre de tu hijo Jesucristo. Amén.
Plan completo en https://instruccionespersonales.com/mire-que-no-caiga/
Comentarios recientes