El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

Éxodo 33:18

La incertidumbre también nos puede quitar el descanso, y así como Moisés, podemos querer una confirmación de lo que Dios va a hacer, peor también Moisés fue más allá y le dijo al Señor: Muéstrame tu gloria.

Y sabes qué le dijo Dios:

Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.

Éxodo 33:19-20

¿Recuerdas que Moisés hablaba con Dios cara a cara? Tal vez te parezca contradictorio que Dios ahora le diga que nadie puede ver su rostro, ni aún el mismo Moisés, pero lo que esta sucediendo aquí es algo que nos sucede a todos nosotros: podemos hablar con Dios y sentir Su presencia, pero no podemos ver su rostro. Cuando tu oras y cierras tus ojos puedes percibir a Dios alrededor, pero cuando abres tus ojos, no puedes ver su cara.

Moisés le estaba diciendo al Señor, yo quiere verte con mis ojos naturales, yo quiero conocerte, no me quiero conformar solo con sentirte, yo quiero ¡verte de una forma distinta, físicamente!

¿Puedes imaginar conocer el rostro de Dios y verlo sonreír?

En el sentido espiritual, muchas veces nos acercamos a Dios buscando sus manos, es decir, su favor, con peticiones y más peticiones; pero buscar su rostro implica verlo sonreír, agradarle y hacer cosas que conmuevan su corazón de amor.

Buscar ver el rostro de Dios implica conocerle más, saber lo que le gusta y hacerlo, llevar una hoja en blanco y decirle ¿Qué quieres que yo haga por ti? ¿Cómo puedo complacerte?

Nosotros no vivimos para complacer al mundo, sino para complacer a Dios, y a través e Él, conmover al mundo y transformar a los que están a nuestro alrededor.

La gloria de Dios es el Hijo, y todos los que formamos Su cuerpo, es la familia extendida por toda la tierra, es ver Su mesa llena de hijos que le conocen y buscan agradarle.

Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.

Habacuc 2:14

Habla hoy con Dios de lo que este conocimiento te ha provocado. Si tienes una libreta o papel a la mano, anota aquellas cosas en las que pensaste y pregunta al Señor qué quiere que hagas con ellas. 

¿Quieres ver la gloria de Dios? Comienza a hablar de Jesús a las personas, comienza a cubrir la tierra de la Palabra de Dios, de oración por salvación, por un verdadero ejercicio de la paternidad que imita la paternidad de Dios, por hijos obedientes y amorosos, por los pródigos para que regresen a casa, fuerza a entrar con tu oración a los que están por los caminos, a los enfermos y a los lisiados, ve por los que están cautivos. Encuentra descanso haciendo la voluntad de Dios, compartiendo su conocimiento y verás su gloria cuando todos le conozcan.

Serie: Su presencia trae descanso.

Lee el plan completo en: https://instruccionespersonales.com/su-presencia-trae-descanso