Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Mateo 22:14
Señor tu me has llamado, pero también quiero ser escogido.
Ya hemos hablado de la importancia de pagar el precio, ¿pero conocemos el costo?
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:26-27
Aborrecer viene del griego misó, que quiere decir renunciar a una elección en favor de otro; amar menos.
Es decir que Jesús nos dice: si alguno viene a mí y no renuncia a sus elecciones, si no ama menos a su familia o aun a su propia vida… no puede ser mi discípulo.
Los escogidos son los que ponen a Cristo primero…. cada día.
Porque Dios siempre debe ser el primero, y todo lo demás ir a menos.
Tal vez hay días en que sientes que no puedes más, que el precio es muy alto, que no calculaste el costo, por eso les dice Jesús inmediatamente después:
Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
Lucas 14: 28-30
Hemos visto a muchos ceder a la presión y abandonar la obra a medias. Muchos dejaron la carrera y no la pudieron terminar. Otros comenzaron a edificar pero dejaron incompleto el trabajo.
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
Hebreos 10:39
No le daremos a Dios nada que no nos cueste, ahí donde ya no podemos es donde Cristo comienza, donde tú menguas Él crece y se fortalece en tu debilidad, de tal forma que te das cuenta que efectivamente eres como un vaso de barro pero lleno del poder y la excelencia de Dios, porque en tus fuerzas, tú ya no podías.
Ora el día de hoy.
Señor: este día no me pertenece, te pertenece a ti, déjame demostrarte que mi obediencia va más allá de cómo me siento, muéstrame el costo y déjame pagar el precio.
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