¡Ministra a Dios y ayuna!

Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.

Hechos 13:2

Bien, ya te acercaste a tus líderes, y el siguiente paso, es buscar la dirección del Señor, porque podemos dejarnos llevar por nuestras propias ideas sin darnos cuenta.

Tal vez ellos te confirmen tu llamado, o tal vez no y tengan una revelación distinta.

¿Qué te recomendamos?

Permanece bajo autoridad.

Siempre que haya una discrepancia, te exhortamos a moverte por obediencia, con la confianza de que a través del ayuno y la oración, el Señor traerá unanimidad a los involucrados.

En la iglesia primitiva, y en tu iglesia, los líderes (y también los discípulos) debemos buscar estar unánimes, es decir, en un mismo sentir, conforme a la obra a seguir.

Es muy normal que haya desacuerdos o dudas al respecto, porque nuestra humanidad es evidente, pero para dejar que el Espíritu Santo gobierne nuestra voluntad, debemos buscar al Señor intencionalmente, con ayuno y oración.

Igual sucede cuando tus líderes te hacen una indicación que te toma desprevenido, tú debes buscar la dirección del Espíritu Santo para que éste confirme y despeje toda duda. Recuerda que una casa dividida no prevalece, así que es necesario estar unidos.

Tenemos un Dios de orden que se complace en enviar Su palabra en medio del caos y transformarlo todo hasta que sea bueno en gran manera.

Si el Señor te ha llamado o te está llamando a la obra de forma personal o a través de tus líderes, antes de hacerlo a tu manera, ¡pídele al Señor que te diga qué y cómo hacerlo!

Si tú nunca has recibido el bautismo del Espíritu Santo, puedes pedirle al Señor que no sólo venga el soplo sobre ti, sino también Su llenura. Anhela Su visitación y deja que Él traiga plenitud a tu vida y te muestre el paso a seguir.

¡Ministra a Dios y ayuna!

Serie: Legítimo.