Me gustan muchísimo, pero quiero hablarte del sentido espiritual del plato de estas lentejas.

¿Recuerdas a Jacob y a Esaú? Ellos tuvieron una breve transacción a través de un plato de lentejas.

Esaú «se moría de hambre» y le vendió la primogenitura, (la bendición más grande) a su hermano por una porción de comida.

¿Alguna vez te has sentido «que te mueres» por satisfacer tus deseos?

Pues casualmente habrá un plato de lentejas disponible para ti, con tal de que «sueltes» la bendición.

Dios nos ha creado con un propósito valioso y único, pero a veces lo despreciamos.

Pensar en que debes vivir la vida hoy porque no sabes qué será de ti mañana, es tan absurdo como pensar en que es mejor un plato de lentejas en lugar de todo lo que Dios preparó para ti en el futuro. 

Dormir un poco más, en lugar de levantarte temprano, es escoger las lentejas.

Comerte otra porción, en lugar de cuidar tu peso, es escoger las lentejas.

Dejar el estudio o las tareas para después, en lugar de hacerlas ahora, es escoger las lentejas.

Esfuérzate y sé valiente en conservar y permanecer con la bendición de Dios.

Muchas veces nos distraemos con la satisfacción pasajera, pero la verdadera  satisfacción está en el futuro que Dios está construyendo con tu obediencia y permanencia en Su palabra.

A mí me encanta comer un plato de lentejas, pero no a costa de la bendición de Dios.

¿Qué tienes que hacer hoy para resistir la tentación de la satisfacción inmediata y conservar la bendición?