Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos…
Génesis 29:31
(Génesis 29 y 30:1-21)
Era la hija mayor de Labán y hermana de Raquel. A causa de un engaño de su padre, se convirtió en la primera esposa de Jacob y fue la madre de Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón y Dina.
No era tan bella como su hermana y tampoco tenía el amor de su esposo, pero reconoció que, en Su gracia, Dios le había dado hijos, quienes serían contados entre los líderes de las doce tribus de Israel. De la tribu de su hijo Judá, vendría el linaje mesiánico y el sacerdocio se establecería a través de su otro hijo, Leví.
Como su nombre lo dice, su situación pudo haberla desgastado, pero confió en Dios y encontró satisfacción en sus bendiciones y promesas.
¿Qué lección podemos encontrar?
- Aunque el mundo nos desprecie, para Dios somos una perla de gran precio.
- Las aflicciones de la vida pueden desgastarnos, pero Dios nos da nuevas fuerzas.
- Reconocer el cuidado de Dios aunque nuestras circunstancias no cambien, es una prueba de madurez espiritual.
- Su fe en el Dios de su esposo le permitió tener contentamiento en su corazón y ser recompensada con grandes bendiciones para sus hijos.
- La adversidad nos debe llevar a buscar y adorar a Dios con más intensidad.
¿Tú puedes encontrar alguna otra?
¿Hay algo en la vida de Lea que puedas aplicar el día de hoy?
¿Qué quiere decirte Dios sobre esto?
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
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