A veces Dios hace cosas que no entendemos, pero tenemos la oportunidad de acercarnos a Él y preguntarle. Otras veces Dios guarda silencio porque está trabajando, pero es en ese momento de silencio donde uno tiene que poner toda su confianza en que Él está haciendo algo.
No sé si se acuerdan de pequeños que cuando llovía, pues te tocaba ver llover y ya… normalmente no podías salir al patio a jugar…. había que esperar.
Si ustedes creen que es aburrido no encontrar algo qué ver en Netflix actualmente, imagínense cuando sólo podías ver un canal de tv allá en el rancho; así fue nuestra infancia, por eso vivíamos afuera de la casa….No sé si fue en un día de esos de lluvia que me puse a ver la tv y estaba la lucha libre y había una pelea en la que estaba involucrado un tal «Perro Aguayo» y se estaban disputando no sé que premio.
Total que al «Perro Aguayo» le pusieron una golpiza tremenda, y los comentaristas decían y hablaban de un golpe tras otro golpe, y yo veía todo un drama de saliva, sudor y sangre, cuando otro de los comentaristas dijo: pero esperen.. «el Perro en realidad está descansando»
Y yo pensé: ¿cómo crees? con tanto golpe ¿quién puede descansar????
Pues resulta que «El Perro Aguayo» terminó poniéndoles catorrazos a todos y ganó la pelea y se llevó el premio o trofeo o cinturón o no sé qué sería.
La historia viene a colación, porque a veces no entendemos lo que pasa, porqué nos llueve sobre mojado, porqué un golpe tras otro, pero si no puedes y no entiendes porqué pasa todo esto, descansa en el Señor, refúgiate en Él y espera a ver en qué termina la historia. ¿Y te digo algo? el apóstol Pablo nos da una adelanto: en Romanos 8:37 NBV «A pesar de todo, nuestra victoria es absoluta, gracias a Cristo que nos amó».
Si estás en medio de la lluvia, o sientes que ya no aguantas lo tupido, cierra los ojos y habla con Jesucristo, pídele ayuda, dile cuánto lo necesitas y si has cometido errores, pide perdón por ellos, déjalo que tome el control de tu vida y descansa en sus brazos. Él no deja a ninguno sin respuesta.
Gracias Jesús porque tú eres la paz en cualquier tormenta.(en la foto, el Perro Aguayo con uno de sus cinturones de victoria)
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