Tenía Felipe cuatro hijas solteras que poseían el don de profecía.
Hechos 21:9
(Hechos 21)
Eran cuatro hijas de Felipe, un evangelista que pertenecía a los siete discípulos apartados para la obra de la iglesia primitiva en la ciudad de Cesarea. Estas jóvenes pertenecían a la segunda generación de cristianos, hijas de un padre piadoso que tenían dones del Espíritu Santo. En ellas se cumplió la profecía que Pedro citó en Pentecostés, dicha previamente por el profeta Joel, al derramar su espíritu sobre toda carne, siendo ellas portadoras del don de profecía. Al mencionar que eran doncellas, se refiere a que aún no estaban casadas y se dedicaban completamente al servicio a Dios.
¿Qué lección podemos encontrar?
- Las profecías de Dios se cumplen en nuestra descendencia.
- Cuando los hijos siguen el ejemplo piadoso de los padres, el Señor derrama su bendición sobre ellos.
- Solteras, casadas o viudas, las mujeres pueden servir a Dios igual que los hombres, si se sujetan igual que ellos a la autoridad familiar inmediata.
¿Tú puedes encontrar alguna otra?
¿Hay algo en la vida de las hijas de Felipe que puedas aplicar el día de hoy?
¿Qué quiere decirte Dios sobre esto?
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Joel 2:28
Ella es una de tantas mujeres ¡que tienes que conocer! ¡Comparte esta información con alguien más!
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