Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.

Marcos 12:42

(Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4)

Como viuda pertenecía al nivel social más bajo en tiempos bíblicos. A menos que una viuda recibiera el apoyo de su familia o de otros, solía quedar desamparada e indefensa. Las viudas dependían de la misericordia de la gente. Como resultado de su necesidad y desamparo, muchas de ellas eran llevadas a una mayor dependencia de Dios y a un uso más constante de la oración que la mayoría de nosotros. A pesar de la corrupción de algunos miembros, la devoción al Señor de esta mujer no la desanimaba para darle a Dios de lo que tenía: dos blancas, que serían el equivalente a la fracción más pequeña de cualquier moneda de la actualidad. Jesús advirtió su generosidad y destacó entre sus discípulos su ofrenda.

Su valor como tal era insignificante. Lo que esta viuda hizo fue tan importante a los ojos de Jesús que llamó a sus discípulos para que se fijaran en ello. A pesar de los graves abusos que se cometían en la religión de Israel, el Señor veía y valoraba la devoción genuina que se daba entre muchos individuos particulares, por lo que Jesús hizo una afirmación sorprendente sobre ella: «Esta viuda pobre echó más que todos».

¿Qué lección podemos encontrar?

  • Las acciones de las personas a nuestro alrededor nos pueden desanimar en nuestro deseo de dar a Dios.
  • La razón por la que el dinero resulta tan crucial para Jesús es porque en todas las épocas y culturas ha representado la alternativa a Dios en nuestros corazones.
  • La forma en la que usamos el dinero dice mucho sobre nuestro estado espiritual.
  • Aunque nuestras ofrendas son secretas, Dios siempre mira nuestro corazón.
  • Dios siempre hace grandes cosas con los pequeños recursos que son puestos en Sus manos.
  • Debemos dar valor a los actos de humilde servicio de las personas sencillas, y a ignorar la falsa grandeza de otras.
  • La buena administración de los pequeños recursos que Dios ha puesto en nuestras manos, nos capacitará para recibir del Señor responsabilidades más grandes.

¿Tú puedes encontrar alguna otra?*

¿Hay algo en la vida de la viuda que dio dos monedas que puedas aplicar el día de hoy?

¿Qué quiere decirte Dios sobre esto?

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

2 Corintios 9:7

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Escucha la enseñanza adicional madre e hija- Día 067 – La viuda de las 2 monedas