Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
Por la fe en Jesucristo, fuimos adoptados en la familia de Dios, eso nos hizo Sus hijos.
Si tú tienes hijos, tal vez debas recordar que a pesar de sus fallas, tú los sigues amando; pero si tú no los tienes, y si eres hijo, debes saber que sin importar lo que hayas hecho tienes un Padre en el cielo que te ama, a tal grado que Jesucristo saldó todas tus deudas de muerte con su sangre en la cruz, para que tú y yo pudiéramos reconciliarnos con Él.
Este conocimiento debe hacernos sentir agradecidos y humildes por tanto amor hacia ti y hacia mí. A veces tenemos temor de acercarnos a Dios porque cometimos un error, igual que cuando tienes que decir a papá o a mamá que te equivocaste, pero es momento de derribar todas las justificaciones que intentan explicar tus culpas, recuerda que Jesús te justificó ya de todas ellas.
Él vino a buscarnos cuando os escondíamos avergonzados, Él nos amó primero.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:38-39
Nada ni nadie puede apartarte del amor de Dios. Si tú le has fallado, confiésalo sin excusas, y Dios que no puede negarse a sí mismo, no rechazará jamás tu corazón contrito y humillado, Él te perdonará porque es fiel a sus promesas.
Yo puedo ver en mi esposo como toda su musculatura se tensa cuando uno de nuestros hijos cae en una transgresión, pero al mismo tiempo, cómo se desarma cuando éste se acerca pidiendo perdón y reconociendo su error. Yo he visto a mi esposo emocionalmente desarmado con esas sencillas palabras, y si nosotros somos malos y podemos dar estas buenas dádivas a nuestros hijos, imagínate lo que Dios, el Padre hace por ti y por mí, Él es lo máximo, es el padre que siempre soñamos.
Siempre que tú te acercas a Dios con humildad, reconociendo tus errores y pidiéndole perdón, puedes experimentar ese abrazo perfecto que te dice: tú eres mi hijo amado, en ti me complazco.
ORACIÓN: Gracias Padre por adoptarme como hijo, por mostrarme tanto amor a través de Jesús a pesar de que yo no era digno. Hoy me acerco a ti avergonzado por todas las veces que fallé, abrázame fuerte, yo quiero sentir tu amor rodeándome y protegiéndome. Gracias por hacerme tu hijo, yo quiero hacerte sentir complacido con cada cosa que haga, dame la oportunidad de verte sonreír. Amén.
Serie: PAZ CON DIOS Ver plan completo en https://instruccionespersonales.com/paz-con-dios
Comentarios recientes