Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Romanos 5:5
¿Conoces a Esteban? Esteban fue uno de los elegidos por los apóstoles para servir las mesas en los ágapes (las reuniones donde celebraban la Santa Cena del Señor y se fortalecían anunciando su regreso) mientras ellos predicaban la palabra. Para hacer una cosa tan sencilla como servir los platos y los vasos, y estar al pendiente de los detalles, igual que un mesero, el requisito era tener buen testimonio, estar lleno del Espíritu Santo y de sabiduría. Esteban era uno de ellos.
Tal vez el trabajo de mesero pueda parecerte demasiado sencillo, pero no hay cosa pequeña en el servicio del Señor, e hecho Jesús mismo les dijo que quien quisiera ser el mayor, debía servir a todos; y Esteban estaba lleno de fe, de gracia y del Espíritu Santo, recibía poder de Dios para hacer grandes y prodigios entre el pueblo.
Siendo así, algunos comenzaron a disputar con él y después de dar Esteban un discurso impresionante que sacudió la conciencia de todos alrededor, fue apedreado hasta la muerte; pero antes de advertirles la necesidad de arrepentirse, Esteban vio los cielos abiertos y la gloria de Dios, y mientras ellos arremetían con piedras contra él, Esteban invocaba a Dios de rodillas pidiendo que no les tomara en cuenta ese pecado, igual que Jesús en la cruz.
Cuando estamos en paz con Dios, podemos sentir amor abundante por aquellos que nos agreden y rogar al padre que los perdone y que no les tome en cuenta ese pecado.
¿Tú sientes que te derramas de amor por aquellos que te maldicen, te hostigan y te dañan? No sé tú, por yo aún me siento muy inmadura en ese sentido, pero podemos confiar en esto: que la palabra que Dios sembró en nuestros corazones crecerá y dará frutos.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
1 Corintios 3:6-7
Dios hará que esto crezca si arropamos bien la semilla de la Palabra de Dios en nuestro corazón y la regamos diligentemente.
Dios ha derramado amor en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado, y ese amor crecerá y no te hará sentir avergonzado.
Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados.
Salmos 34:5-7
Perdonar y compartir el amor de Dios nunca será causa de vergüenza para el reino.
Dios ya derramó su amor en nosotros primero, aunque nos sintamos inmaduros eso no debe detenernos, debemos seguir buscando llegar a la estatura del varón perfecto, que es Cristo, debemos compartir ese amor que ya nos fue dado cuando nosotros estábamos en una condición imperdonable.
Roguemos hoy al Señor que ese amor que ya está derramado sobre nosotros (ya lo tenemos en nuestro interior listo para salir) lo podamos hoy compartir de poquito en poquito con alguien hasta que la práctica nos permita derramarlo también abundantemente. El Espíritu Santo ya nos lo ha dado. ¡Dios nos bendice!
Lee con detalle la historia de Esteban en Hechos 6 al 8.
ORACIÓN. Padre, necesito de tu paz para poder experimentar tu amor y compartirlo sin vergüenza, Derrama en mí tu amor para compartir, especialmente para perdonar a quienes han ocasionado una herida en mi corazón. Quiero experimentar la paz que da la libertad de amar y perdonar sin condición. Amén.
Serie: PAZ CON DIOS Ver plan completo en https://instruccionespersonales.com/paz-con-dios
Comentarios recientes