La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
Proverbios 10:22
Otra de las maldiciones viene por la adquisición de dinero ilícito.
Todo aquello que no viene de Dios y que es mal habido, produce tristeza, preocupaciones y acarrea maldición sobre nuestra vida.
¿Hemos participado en algún robo o injusticia para nuestro propio beneficio?
¿Hemos intentado burlar, alargar o torcer la ley para beneficiarnos o para hacer nuestra voluntad?
Últimamente, hemos visto que hay nuevas leyes o modificaciones de las antiguas, donde a causa de la dureza de los corazones, ha sido necesario cambiarlas.
Se dice: «Uno es libre de hacer lo que quiera.» Es cierto, pero no todo conviene. Sí, uno es libre de hacer lo que quiera, pero no todo edifica la comunidad.
1 Corintios 10:23 DHH
Es necesario que nosotros le pidamos a Dios discernimiento para saber si aún las cosas que son lícitas nos convienen, si están dentro o fuera de Su voluntad, y si son o no de beneficio para el reino de Dios
Siempre que estemos ante la tentación de hacer algo ilícito, o si reconocemos que nosotros o nuestros antepasados tienen estas prácticas, hoy es un buen día para cortar con ellas y hacer libres de las consecuencias a nuestros hijos.
Si bien ellos deberán tomar sus propias decisiones, podemos ayudarlos a no tener que cargar con la maldición de las nuestras.
Si tú reconoces que has pecado buscando enriquecerte de otra manera a costa de la voluntad de Dios y quieres tener una vida libre de preocupaciones, hoy puedes acercarte a Dios y pedirle que te revele en donde o cómo has fallado y arrepentirte. Recuerda que arrepentirse no es sentirse triste nada más, sino estar tan conmovido que decides no volver a hacer lo mismo que te llevó a esa situación, en resumen, arrepentirse no es sólo llorar, es cambiar.
Tomate hoy un tiempo a solas con Dios y reconoce si has fallado en este aspecto, incluso si tus padres o antepasados te heredaron estas prácticas, comprométete hoy con Dios ha dejarlas atrás para vivir con libertad y alegría, dentro de la voluntad de Dios.
Si tienes hijos o nietos y te atreves, háblales de esto y muéstrales las decisiones equivocadas que tomaste, y la oportunidad que Cristo te ofreció, para vivir diferente. Si quieres extender esta bendición a otras personas, esfuérzate y sé valiente para compartir la palabra de Dios, y verás que la comunidad será transformada ante la revelación de la maldición, y la vida de bendición que Jesús nos ofrece.
Comentarios recientes