¿Has escuchado la frase que dice que “un problema planteado correctamente, es un problema prácticamente resuelto”?
Cuando tú tienes la capacidad de identificar que Dios es Dios y que como tú eres un simple mortal lleno de defectos y pecados no puedes acercarte a Él, estás planteando correctamente un problema y prácticamente lo estas resolviendo: necesitas un intermediario.
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6
Jesucristo reconoció la necesidad que teníamos de restablecer la conexión con el Padre y se ofreció a venir a este mundo para que no tuviéramos miedo, para que volviéramos a ser uno con el Padre.Él nos lleva por el camino apartado de la santidad, Él nos guía hacia la verdad, Él nos da la vida verdaderamente santa, separada para Dios porque sólo Él es Dios y es Hombre y es Santo.
¡Él es el intermediario perfecto!
Cuando reconocemos todo eso, tenemos todo resuelto. Dios nos dará las instrucciones a través de Su Hijo acerca de los planes que quiere que nosotros llevemos a cabo. Si veneramos y atesoramos el sacrificio que Él hizo para que nosotros pudiéramos entrar al corazón del Padre, y reconocemos que resucitó para salvarnos, podemos acercarnos con confianza para recibir gracia y misericordia en cualquier asunto.
Dios tiene grandes planes para ti, y te diseñó con un propósito especial, apártate del pecado, acércate a Él y descúbrelo.
Santifícate para recibir la visión y el propósito de Dios.
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Éxodo 3:6
Comentarios recientes