Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Mateo 28:19
El Señor nos envía a ir y hacer discípulos a todas las naciones, con una serie de instrucciones, pero también nos da una serie de pasos a seguir.
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos 1:8
Hay una serie de ubicaciones geográficas, de lo inmediato a lo lejano, donde comenzar a actuar.
Tal vez tu no sientas un discípulo aún, o que no conoces la Biblia de memoria, ni tienes estudios de teología, pero déjame decirte que sí eres: eres un testigo del poder de Dios.
Si tu has sido testigo de lo que Dios ha hecho en ti o en tus familiares, tú ya puedes empezar a decirle a otros en tu circulo inmediato e irlo ampliando.
Tu Jerusalén es tu casa, Judea es tu área de trabajo y amigos, Samaria es la colonia o aquellos a los que no conoces y de ahí el límite es lo último de la tierra.
El Espíritu Santo es poder de Dios y actúa en ti, si se lo permites. Cuéntale a otros de qué has sido testigo, en todos los lugares, e invítalos a ser bautizados voluntariamente en el nombre del
Padre, del hijo y del Espíritu Santo, y entonces, enséñales a seguir todas las cosas que Jesús nos ha mandado, confiando en que Jesús está contigo, todos los días, hasta el fin del mundo.
Tú has sido enviado a testificar las cosas tan impresionantes que Dios ha hecho contigo. Intenta hacerlo hoy con alguien cercano a ti a quien nunca se lo hayas compartido.
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