He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Apocalipsis 3:20

Las personas podrán fallar, pero los planes de Dios no fallan, ¡son perfectos!; tal vez fuiste tras una ambición y descuidaste tu visión, tu propósito en Su plan.

Jesucristo está a la puerta y desea conversar contigo sobre esos planes que sigue teniendo para ti.

Si tú decides abrirle e invitarlo a entrar, habla con Él y reconoce tus errores.

Él es manso, humilde e infinitamente misericordioso y justo para perdonar los corazones arrepentidos.

Permite este esperado reencuentro y haz realidad esos planes de grandeza que Dios tiene para ti.

Sus promesas tienen garantía eterna.

¡Ábrele!