Al hijo arrepentido lo recibió el Padre, pero no su propio hermano.
¿Y si dejamos de escandalizarnos por sus pecados y comenzamos a perdonarnos y amarnos, igual que el Padre lo hace con nosotros?
No dejemos que la crítica, el resentimiento y la falta de perdón nos aparte, nos deje fuera y nos prive del banquete de Su mesa.Fuera de la casa del Padre estamos muertos, pero dentro todos resucitan.
Vuelve a casa.
«Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado».
Lucas 15: 30-32
¡Perdona Señor mi pecado de crítica, porque me aparta de Tu casa y de disfrutar con mis hermanos del banquete de tu mesa!¡No quiero estar como muerto, sino vivir para Ti compartiendo tu amor!
Escucha la ministración de hoy del hno Jorge Martínez en el tiempo de oración https://www.facebook.com/castillodelreysantiago0/videos/145435680804142
En la foto: Will Gómez, un excriminal cambiado por la gracia redentora de Jesucristo. http://impactoevangelistico.net/…/9207-el-salvador…
Comentarios recientes