Orad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17
Orar es un diálogo y el Señor nos exhorta a que sea continuo. Así como no puedes dejar de pensar porque es algo que hacemos automáticamente, deja que tus pensamientos sean guiados por y hacia Dios, siempre, y nos encontraremos orando sin cesar.
Te confieso que hoy en la mañana recordé un sueño que tenía de niña: ser la primera mujer Gobernadora de Nuevo León. Y es porque en mi opinión, el panorama político del estado, la nación y el mundo, es desalentador.
Y pensé: Señor ¿y si tú pusiste ese sueño? ¿debería empezar a hacer una campaña en tu nombre? ¿recorrer calles, hablar con la gente y tú abriendo espacio para un gobierno bajo tu dominio? ¿tú querrías que yo sea la primera gobernadora de Nuevo León?
Porque todos añoramos autoridades que sean justas, que amen la misericordia y se humillen delante de Dios, pero no las hemos encontrado.
Pero el Señor me recordó algo: todos esperaban que el Mesías ostentara poder y brazo político, pero ese no era el plan de Dios, porque Él sabía que todos los reinos de la tierra son suyos.
Jesucristo vino a compartir el poder de Dios y libertar a las personas del dominio del pecado y con ello, ocasionar una renovación del pensamiento que permite a cada persona gobernarse a sí misma bajo el poder el Espíritu Santo, y llevar una vida de libertad, bajo cualquier situación terrenal.
El único gobierno fiel es el que Jesús ejerce en nosotros. ¿Para qué dominar una ciudad si no podemos dominarnos nosotros mismos? (Prov. 16:32)
Esa campaña que yo pensaba, calle por calle y casa por casa, no es para buscar un cargo de elección popular, es para que la gente conozca y elija al mejor gobernante de todos en sus vidas: Jesús.
Todo este diálogo, meditación y corrección de ideas se dio en un momento de conversación mientras me preparaba para venir a trabajar.
¿Te das cuenta lo fácil que es llevarte una gloria que no te pertenece?
Pero fiel y amoroso es Dios para corregirnos y hacer que volvamos nuestra mirada hacia Él para estar seguros.
La oración no interfirió con mi trabajo, sino que enfocó mis ideas y le dio sentido a mi día, y además me impulsó a hacer una campaña para promover el gobierno de Cristo, en todas partes y en todo tiempo. Mi sueño del pasado, me recordó quién es quién verdaderamente debe gobernar.
Si quieres tener un buen gobierno, asegúrate que Jesús sea tu Rey, tu Señor y tu Salvador. Obedece sus órdenes y vivirás seguro.
No pierdas el contacto con Dios y asegúrate de estar siempre conectado a Él.
Busquemos estar en contacto con Dios en todo lugar y en todo momento.
Oremos por todas las personas que ejercen un cargo público, de eminencia o autoridad y gobierno, para que se sometan a la voluntad de Dios y reconozcan que toda autoridad es dada por Dios para Su gloria, y no la de ellos. Que recuerden que si el Señor no edifica con ellos, trabajan en vano, y que el tiempo que Él les ha dado para hacer Su voluntad desde el lugar donde los puso, está terminando. Que busquen al Señor mientras pueda ser hallado, reconozcan sus errores y le obedezcan, para que cuando el amo venga a pedir cuenta de los talentos que les dio, los halle como siervos fieles, haciendo su voluntad.
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